Blogia
Amigos de Enriquito

* “SACAR EL SOL DE LA CABEZA”

* “SACAR EL SOL DE LA CABEZA”

http://www.etnografiayfolclore.org/2012/01/sacar-el-sol-de-la-cabeza.html

 

De siempre, la mujer se ha ocupado y preocupado por la salud de cuantos la rodean. La “leche mecida”, la hierba sanadora, “el santiguao”, el “rojo terapéutico”, constituían remedios populares, veces mágicos, veces caseros que aliviaban, curaban o prevenían enfermedades. La necesidad, el ingenio, el aislamiento y la precaria situación del isleño lo obligó con frecuencia al uso de viejos remedios.

Pero no solo lo aplicó a la familia. También a los animales domésticos. La popular “pita zábila”, ahora más conocida como aloe vera, se picaba menudita en los bebederos de las gallinas y palomas para prevenir enfermedades y hasta para destetar a los niños.
Todavía, en huertos y terrazas, se puede comprobar la tradición yerbera de nuestra gente… Ruda, pasote, pita, yerbaluisa, rompepiedras, pamplina, cada una con sus propiedades curativas se empleaban contra dolencias comunes.
Los hombres, trabajaban alrededor del ganado, en las tierras, lejos del hogar; las mujeres, atendían las faenas de la casa y cargaba sobre sus hombros la responsabilidad familiar. Ellas, guardado en un papelito o grabado en la memoria, empleaban sus conocimientos aprendidos o heredados, para curar el mal de ojos, con santiguado como publicité el que me relató doña Oroncia, en la isla de El Hierro…
Numerosos testimonios recogidos en distintos puntos dentro y fuera de nuestra breve geografía, como la cura de la hernia a través del mimbre, del drago o del árbol del indio.
En este punto no puedo obviar la pregunta ¿ciencia o don? Quién sabe. Lo cierto es que la abnegada mujer muchas veces curó a sus iguales de enfermedades y dolencias muy comunes como puede ser la insolación.
Es este un caso avalado por sus positivos resultados durante varias generaciones tiene una curiosa solución denominada “sacar el sol de la cabeza”, procedimiento que realizó en mi presencia una mujer majorera: Doña María Carreño…
Ella colocó al joven que lo padecía, sentadito en una silla. Sobre la cabeza un paño cuidadosamente doblado y con un vaso grueso (duralex) con agua, lo colocó boca abajo sobre el pañito…
El ritual lo acompañaba haciendo, repetidamente, la señal de la cruz y con la vista fija sobre el vaso, mientras recitaba:
SOL, SOL, VETE AL SOL.
DEJA A JUAN (*) SU RESPLANDOR.
HOMBRE SANTO,
QUITA EL SOL Y AIRE SI HAY.
ASI COMO EL MAR NO ESTÁ SIN AGUA,
NI EL MONTE SIN LEÑA,
NI EL CIELO SIN TI,
ROSA DE CRISTO
COGE TUS RAYOS
Y VETE DE AQUÍ.
Y reforzaba su petición rezando tres credos.
En otras zonas, según he podido leer se usan otros rezos y otros métodos. Este que les he relatado lo recogí a mediados de los años noventa, del pasado siglo.
(*) Nombre del paciente.
Existen, en otros lugares, otros procedimientos y otros rezos. Alguno tan simpático como este recogido en Almería, por el médico José Antonio García Ramos:
(Se usa en vez de un vaso una sartén)
“El sol se ha salío
Por donde se ha metío”

(Se reza un credo)
“Este sol se ha metío
Por donde ha salío”

 
(Se reza otro credo)
“Este sol salió
Por donde se metió”
Volviendo a nuestro fragmentado territorio, aislado del exterior como fueron estas islas durante tanto tiempo, no es de extrañar que el interés y la atención popular se concentrara en aquellos hechos y personas más próximas que, ante la carencia de otros medios de información, aparecieron formas propias, que han permanecido vivas mediante la memoria y la tradición oral.
Hoy, a corazón abierto, repito la pregunta: ¿a quién interesa nuestra cultura popular? A nuestros gobernantes, no importa el signo político, rotundamente NO.

ALFREDO AYALA OJEDA

http://www.etnografiayfolclore.org/2012/01/sacar-el-sol-de-la-cabeza.html

0 comentarios